Pocos son los hombres que saben la existencia de los orbes,
poderosas armas creadas por los dioses
terminantemente prohibidas para cualquier mortal.

Sin embargo, el aparente equilibrio pactado
entre las divinidades se ve amenazado cuando
vuelve a despertar el ser que fue más poderoso que los dioses.

En un mundo donde han regresado los
tribales rituales de sangre, los dioses se ahogan en su propia sed de poder y
los hombres se dejan engañar por sus propias mentiras,
la muerte resurge como única forma de salvación…

La última Era de los Elementales comienza
esta noche, en la que una joven amnésica despierta de un sueño olvidado para
adentrarse en otro repleto de horrores.

Maldecida por su codicia olvidada, el
lenguaje de la magia parece volverse en su contra.

Sólo los ecos de su pasado
conocen su sino; pero únicamente ella decidirá si lo alcanzará a través del
camino de la sabiduría y la fuerza… o de
la envidia y la demencia.


Ecos del pasado I: La danza del fuego

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Me llamaréis...

De nuevo, sigue la historia cada semana. 


Esta vez, ¿por fin conoceremos el nombre de la joven amnésica? Nueva parte de Ecos del pasado, capítulo 2. 


¡No te lo pierdas!


by SeanDa



2. La furia de un dios (3º parte)


  —Yo… —Su cara estaba blanca como el papel, y sus labios secos. Pasó la lengua por encima para humedecerlos, sin resultado—. La verdad es que no lo sé.
  Lo había dicho, ya era un hecho. No recordaba quién era. Su cabeza estaba hecha un desastre.
  — ¿Cómo que no lo sabes? No estamos ahora para bromas ¿vale?   —Derek se fijó en su rostro. Era tan pálido… parecía un cadáver. Tenía los hombros encogidos, temblorosos. En aquel momento le hizo pensar a una niña pequeña a punto de llorar. No soportaba a las chicas lloronas, le hacían sentir incómodo—. Bah, yo me largo.
  Abandonó su rincón de la pared y se dirigió al pasillo sin hacer ruido. Dultas soltó un profundo suspiro.
  —Lo siento, no es mal chico pero… tiene poca paciencia y le gusta hacerse el duro, además de estar pasando por una etapa delicada de su vida. —«Aunque a veces tengo la impresión que esa etapa ha durado toda su vida», pensó Dultas—. No le guardes rencor, ya se le pasará y vendrá a disculparse. 
  La joven no dijo nada. Parecía absorta en sus pensamientos, tal vez ni se había dado cuenta de lo que acababa de pasar. 
  —Y… siento preguntar esto, pero… ¿cómo es que no sabes tu nombre? ¿De dónde vienes, por cierto?
  Dultas la observaba detenidamente sin hacer ruido, esperando alguna reacción de su parte. Al rato pareció salir de su trance, y abrió la boca sin emitir sonido alguno. Tragó saliva y por fin habló:
  —No sé nada. —Entonces se giró bruscamente y miró a Dultas. Las palabras que no supo decir antes le salieron atropelladamente—. No sé cómo me llamo, de dónde vengo, quién soy o qué quiero. ¡Estoy totalmente en blanco! —Volvió a fijar la mirada al plato donde una vez hubo unas albóndigas y se echó las manos temblorosas a la cara. Las lágrimas empezaban a nublarle la vista—. Lo último que recuerdo es haber estado en ese maldito bosque, tirada en el suelo, ¡no sé nada más! ¡Y-yo… —el miedo no le permitió más que hablar con un hilo de voz—, no recuerdo nada…!
  Aunque Dultas no la veía muy bien a causa de las manos que le tapaban el rostro, sus hombros y todo su cuerpo temblaban con tal fuerza que no le hacía falta más para saber que estaba totalmente desesperada. Acercó su mano a su cuerpo, y le acarició la espalda a modo de reconforte. En aquellos momentos era mejor no decir nada.
  Derek lo había oído todo desde el pasillo, ya que aunque parecía que se hubiera ido a su cuarto, se había quedado cerca para escuchar la conversación. De repente se sintió estúpido y avergonzado. La había llamado mentirosa además de no tener ninguna consideración o delicadeza hacia ella. A Silianna no le habría gustado nada aquel comportamiento tan poco caballeroso. 
  Pasaron los minutos y por fin la joven se calmó, dejó de temblar y se secó las lágrimas. Levantó la cabeza y se levantó de repente.
  —Muchas gracias por todo, de verdad, a usted y a… su amigo o primo, ya no recuerdo, aunque ahora mismo eso da igual, un recuerdo más o menos… ¡Ja! —Miró el cielo a través de la ventana de la cocina; seguía oscuro pero ya no había estrellas; pronto amanecería—. Creo que lo mejor es que me vaya, al llegar a su puerta he visto que había un camino, imagino que llevará a algún sitio.
  No fue hasta unos segundos después que Dultas reaccionó al respecto. Todo había pasado muy deprisa. Sin embargo, aquella situación le resultó de lo más interesante, y ahora que lo pensaba detenidamente… tal vez no fuera una mera coincidencia su aparición en su casa. ¿Y si…? No se lo pensó dos veces y la retuvo con una rápida respuesta.
  —Eh… sí, es cierto, lleva a la ciudad… pero no creo que sea muy sabio por tu parte ir sola sin saber qué hacer o a quién ver. Mejor quédate aquí hasta que descubramos qué pasa aquí. —Prosiguió rápidamente al ver que ella abría la boca para protestar impidiéndole decir nada—. No me… no nos importa en absoluto que te quedes aquí unos días, de verdad. Vivo solo aquí en esta casa, bueno ahora mi primo está aquí pero es temporal… y puede que te parezca extraño, pero eres bienvenida. Aunque reconoceré que hay un precio a pagar. —Hizo una corta pausa mientras ella esperaba la continuación, expectante. Por supuesto, lo que él iba a decirle ahora no tenía nada que ver con lo que realmente esperaba de ella, pero alguna excusa tendría que inventarse—. Un precio a pagar, pero justo; el tiempo que te quedes, te voy a pedir que me ayudes en mi negocio. Siempre ayuda tener a alguien de más en la tienda. ¿Te parece bien?
  —Tiene razón. —Apenas se tomó un segundo en pensárselo. Parecía ser lo mejor, ya que en aquel momento no sabía a dónde ir ni quien podría ayudarla o perjudicarla. Al menos en aquella casa se sentía algo segura… por ahora. Y tenía que reconocer que en cierto modo se sentía aliviada—. ¡Aunque le prometo que será lo menos posible! No quiero ser una carga en ningún momento, además de que usted no me conoce y… por supuesto que le ayudaré en su tienda o lo que sea, tiene mi palabra.
  —Perfecto pues, ¡así queda sellado el acuerdo! Bueno, antes de nada; por favor, no me trates de «usted», me hace sentir viejo, ¿sabes? —le dijo seguido de un guiño—. Y si he entendido bien, padeces amnesia o algo parecido. —La miró de arriba abajo como si intentara adivinar algo a partir de su escrutinio—. Ya que no sabes tu nombre... alguno habrá que darte. ¿O prefieres que te llame «chica»? —Se rio suavemente al ver que ponía cara de pocos amigos. Al ver una ligera chispa en sus ojos, se preguntó si realmente era la misma que temblaba minutos atrás—. ¿Cómo te llamamos?
  « ¿Cómo me llamáis?», la chica volvió a mirar por la ventana. El cielo seguía oscuro aunque menos que antes. Ya iba a amanecer, pero aún podía percibirse la luna. Seguía brillando, aunque era una luz muy débil. Se apagaba lentamente como en una muerte agonizante. 
  «Débil… pero deslumbrante, a su manera.» Y entonces lo supo. Sintió una voz en su cabeza, aterciopelada susurrándole su nombre. 
  —Claire. —Nació en ella una determinación que hasta entonces no había sentido—. Como el claro de luna. Como la luz de la luna. Ese será mi nombre. 
  —Perfecto pues, así te llamaremos, Claire. Te llevaré a tu futuro cuarto. Vamos.
  Derek se fue rápida pero silenciosamente a su propia habitación para que no supiesen que había estado escuchando a escondidas. Cerró la puerta suavemente, y se sentó encima de la cama. Estaba bastante cansado, y sabía que tenía que despertarse temprano. Estaba decidido a volver a las clases, una semana había sido más que suficiente. No sabía si era por el reproche de Dultas, por la mirada de aquella chica o una resolución sin más, pero sintió la urgencia de hacer algo con su vida. A partir de entonces algunas cosas iban a cambiar.




Así empezó la historia de Claire, uno de los personajes clave en Ecos del pasado. Tras admitir que tiene un problema de memoria, ha decidido empezar a buscar los ecos de su pasado. Esperemos que los encuentre, ¿o no? Tal vez olvidó porque era lo mejor...

¡No dudéis, y seguid con Ecos del pasado

¡Un saludo desde Lon'thara!



3 comentarios :

  1. He visto algunas cosas muy claras en este capítulo, dejas entrever pequeños detalles de lo que sucederás más adelante. Eso es bueno, pero en algunas partes es muy visible (por ejemplo, el cambio de actitud sobre su vida que Derek experimenta al final del capítulo da a entender que ahora tiene un motivo para esforzarse, que podría sentir cierta atracción por la chica). Me ha sorprendido la resolución de la chica, ha sido un cambio demasiado rápido y me ha pillado de sorpresa. Claire es un nombre bonito, me gusta.

    Te señaló aquí un par de cosillas de las que me he percatado:
    - Veo que abusas mucho de los puntos suspensivos, hay partes en las que están bien y otras en las que podrías sustituirlos por una aclaración entre guiones o comas (recomiendo lo segundo, un diálogo lleno de aclaraciones sería, como poco, agobiante).
    - En la parte en la que Claire dice su nombre hay una separación por puntos que me escama, es esta: "Como el claro de luna. Como la luz de la luna. Ese será mi nombre". Entre las dos estructuras del como pondría una tilde, es un modelo de estructura repetitiva que se usa mucho y que puede extenderse cuanto se quiera
    - No recuerdo en que parte ha sido pero en un diálogo vi que usaste ; tres veces en la misma línea. Deberías quitar al menos dos ; y sustituirlos por coma, recuerda que el ; es para marcar un cambio de tema rotundo

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  2. Como siempre, mi tutor con los : y ; jaja Como dije en la otra entrada, todo esto que me dices lo revisaré en Semana Santa, la verdad que agradezco tus consejos :)

    En cuanto a lo que dices del cambio de actitud de Claire, es cierto que puede parecer... precipitado o rápido como dices, pero digamos que en realidad ella es así, y al principio por la desorientación y demás estaba con esa personalidad algo sensible jaja
    Además que... verás que es alguien peculiar ;)

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  3. En efecto, ese soy yo jaja Vas a tener una semana santa bastante productiva entonces, yo creo que la mía también la pasare escribiendo. Un placer poder ayudarte :)

    Desde luego Claire es un personaje muy especial, guarda más de un secreto y estoy seguro de que no tardaremos mucho en averiguarlo ;)

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